La maravillosa naturaleza femenina tiene la particularidad de que a lo largo de cada mes se producen cambios en los niveles hormonales que pueden intervenir en nuestros estados emocionales, nivel de energía, calidad de sueño, deseos de comer alimentos específicos, y otras cosas que experimentamos. Estos cambios son normales, pero en algunas mujeres el nivel de afectación es tal que repercute negativamente la calidad de vida, y entonces deja de ser normal para convertirse en un problema de salud. Se han descrito dos condiciones de salud que están relacionadas a las variaciones hormonales que experimentamos debido al ciclo menstrual, una de ellas es el Síndrome Premenstrual y el otro el Transtorno Disfórico Premenstrual, esto significa que algunas mujeres van a experimentar un estado alterado en sus emociones y sensación física durante días específicos del mes, y por lo general conforme va transcurriendo el ciclo menstrual, la condición mejora. ¿En qué casos es un problema que debe controlarse? en aquellos casos en que la mujer experimenta importantes cambios de ánimo, que incluso le dificultan relacionarse con amigos, compañeros de trabajo y familia, tienen dificultad para controlar los impulsos, desarrollan trastornos del sueño e incluso dolencias físicas; algunas veces estos síntomas se confunden con problemas depresivos o psiquiátricos y se tratan a las mujeres con medicamentos que no necesariamente son la mejor opción. Existen varias hormonas implicadas en este proceso, por tanto la regulación del mismo depende de regular dichas hormonas, algunas de las involucradas son progesterona, pregnenolona y oxitocina. Otros cambios que se producen en las mujeres son los causados por la disminución de las hormonas cuando llegamos a ciertas edades e iniciamos el camino de la peri menopausia y finalmente la menopausia; algunos de los síntomas son, disminución de la energía, irritabilidad, propensión a llorar por cualquier cosa, calores, apetencia por ciertos alimentos, sobre todo pan y dulces , aumento de grasa en la región del abdomen, disminución del deseo sexual, miedo, generalmente un miedo a situaciones comunes que antes no nos generaban mayor preocupación y de repente se vuelven un problema, dificultad para tomar decisiones, resequedad en la piel, resequedad vaginal, entre otras. Estos cambios son normales, y se pueden controlar mediante el correcto balance hormonal. Algunas hormonas son particularmente interesantes para corregir este tipo de problemas, las más estudiadas y usadas son la testosterona, que aunque popularmente se piensa que es una hormona de hombres, las mujeres también la producimos y nos resulta muy importante para el nivel de energía, el deseo sexual, el control del temor, el aumento de la masa muscular y disminución de grasa, entre otras funciones. La oxitocina, es maravillosa, genera actitudes que tienen que ver con la socialización y nos permite tolerar mejor situaciones de estrés, aumenta nuestra empatía hacia nuestros semejantes, lo que nos permite ponernos en el lugar de nuestro prójimo, con los resultados que esto suele tener en el comportamiento humano, y facilita que las personas interactúen con sus semejantes, una acción que nos trae muchos beneficios. La oxitocina también se ha visto que mejora el Síndrome premenstrual, el Transtorno Disfórico, Transtornos del Sueño, psicosis y trastornos de ansiedad, entre otras condiciones de salud importantes. Así como estas hormonas, muchas otras influyen nuestro comportamiento y nuestra forma de ver el mundo, no somos solo hormonas, pero estas nos influencian, y en buenas proporciones nos pueden mejorar de manera significativa la calidad de vida. Dra.Erika Salazar Fernández |
